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Un río, un territorio, un paisaje Río, territorio y presencia humana han formado durante siglos una unidad inseparable e interdependiente, una simbiosis que convirtió Montnegre en una tierra plácida y próspera, a pesar de su aspecto desértico y de las circunstancias, a menudo desfavorables, que ha tenido que atravesar. La conquista cristiana repartió el territorio de Montnegre entre los reinos de Valencia y Murcia, sometido a fueros diferentes e incluso con distintas unidades de medida, y aún hoy se encuentra dividido entre diferentes términos municipales. Tras la construcción del pantano de Tibi (1594) para regar lHorta dAlacant se negó a los campesinos de Montnegre el derecho al agua del río, lo que derivó en dos siglos de enfrentamientos y pleitos entre estos y las autoridades alicantinas, hasta que en 1769 el Consejo de Castilla reconoció este derecho a las quince «antiquísimas presas» de Montnegre. La revolución en las comunicaciones que ha caracterizado el siglo xx llegó muy tímidamente a Montnegre: accesos por carretera, electricidad, televisión, teléfono, etc., se han hecho esperar. Esto, unido a la crisis del sector agrícola, principal actividad económica de la zona, ha sido la causa de un progresivo despoblamiento y de que las fértiles tierras de Montnegre hayan acabado mayoritariamente abandonadas. El presente libro explica la historia de este territorio, de las gentes que lo han habitado y del río que lo ha hecho posible, y por qué todo esto constituye un bello y singular patrimonio que debemos preservar.